Se acabó el año.

Bueno, este año se acabó y muchos me han preguntado que me dejó este 2016…. Como para muchos de ustedes este fue un año muy movido, demasiado diría yo. Movido en todas las áreas de mi vida.

Este año me ha dejado muchas enseñanzas, entre esas ser paciente, aprender a esperar por lo que Dios tiene para mí y no tratar de hacerlo en mis fuerzas. Aprendí a soltarle las cosas a Dios y dejar que sea Él quien actué en mi vida, que sea Él quien determine mis pasos.

Uno de los versículos favoritos que me deja ese año es Santiago 1:2-4 “Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene.” Este lo leí cuando atravesaba por un momento de dificultad del cual sentía era muy difícil salir, pero a través de este Dios me mostró que la mejor forma de afrontar esos tiempos es estando alegre, y que la velocidad de la cual saldría de las pruebas dependía de la actitud con la que las enfrentaba.

Pero no todo es malo, este año me dejó relaciones muy bonitas, me sirvió para fortalecer lazos de amistad, para acercarme mucho más a amigos que valen oro, también me ayudó a alejarme y dejar atrás cosas que no le hacían bien a mi vida, personas que por el momento no pertenecen a mí. Este año vi a Dios actuando en mi familia, empecé de a poco a ver respondida esa oración, ver a mi familia acercándose a Dios.

No puedo decirles que termino mi año 100% bien en todas las áreas, porque eso sería mentirles, pero termino mi año segura que Dios actuará aún más en mi vida en el 2017.

Hoy los exhorto a entregarle todo a Dios, a dejar que sea Él quien determine cada uno de sus pasos, que sea Él quien les indique que hacer, no importa que tanto duela hacer las cosas a su manera, si obedecemos sus instrucciones la recompensa que obtendremos será aún mayor al sufrimiento que esto pueda causar. Recuerden que “La obediencia es mejor que el sacrificio” (Jaime Plazas.)