¿Porque somos tan tercos?
- Stefania Ramos
- 15 mar 2017
- 2 Min. de lectura

¿No les ha pasado que les gusta algún tipo de comida pero les cae mal, pero aun sabiendo que les cae mal sigue comiéndola una y otra vez?
Pues debo contarles que el año pasado empecé a sufrir del colón, en un momento todo empeoró, la razón de esto fue que seguía consumiendo alimentos que me encantaban pero no me hacían bien, sin importar esto yo me atrevía a correr el riesgo sin pensar en las consecuencias que traería. Esto nos pasa a diario y no sólo con la comida, nos pasa con muchísimas cosas, pasa en el campo laboral, en nuestra vida económica y aún más en el área sentimental, deseamos algo con todo nuestro corazón y seguimos ahí sin importar el daño que pueda causarnos en el momento.
Muchas veces queremos obtener algo o que esa persona especial se quede en nuestra vida, vemos que todo es perfecto, analizamos la situación y nos damos cuenta que es justo lo que le estamos pidiendo a Dios, pero por apresurarnos y querer hacer las cosas a nuestra manera, por dejarnos llevar por nuestra carne y nuestros impulsos damos pasos en falso que nos conlleva a lastimarnos.
Existen situaciones para las cuales no necesitamos que Dios nos hable, mediante el sentido común podemos darnos cuenta que nos estamos metiendo en terreno peligroso, que podemos hacernos daño y salir muy lastimados, que podemos sufrir mucho si seguimos por ese camino.
Esto no quiere decir que no sea el trabajo o la persona que Dios quiere para nosotros, sólo que no es el momento de actuar, al contrario, es el momento de retirarnos y dejar todo en manos de Dios. Esto puede suceder porque como lo mencionaba, pudimos haber dado pasos en falso o simplemente el trabajo o esa persona se está convirtiendo en nuestro Isaac y Dios quiere que lo sacrifiquemos.
Dios hoy quiere hacernos la siguiente pregunta ¿Amas tanto eso que me estás pidiendo, tanto para querer ponerlo sobre lo que yo quiero que hagas? ¿Vale la pena sacrificar todo lo que te he prometido sólo por querer hacer las cosas a tu manera? ¿No ves que yo tengo reservado para ti todo lo que me has pedido? Sólo debes obedecerme, escucharme y seguir mí guía.
Comentários