Nuestros temores.
- Stefania Ramos
- 11 jul 2017
- 2 Min. de lectura

Todos tenemos miedos, cosas o situaciones a las que no nos queremos enfrentar por temor a que pueda suceder algo malo. Pero Dios en su palabra nos dice que no debemos temer, a diario nos anima a vencer nuestros temores, a confiar, ya que si estamos con Él estaremos a salvo. Uno de mis versículos favoritos es “El perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18 RVR60), y el perfecto amor del que nos habla este versículo es Jesús, cuando confiamos en Él el temor no tiene cabida en nuestra vida. Pero debo confesarles que para mí no ha sido fácil esto, una de mis grandes luchas ha sido el temor, el temor a estar sola, el temor a fracasar, el temor a equivocarme; por mucho tiempo viví llena de muchos temores los cuales no me permitían avanzar, los cuales me tenían estancada, encerrada en una habitación confortable en la cual me sentía segura y esta seguridad me la daba la certeza de que estando allí no tenía chance de fracasar.
Una vez conocí a Jesús, una vez empecé a ver todo lo que podía hacer un velo cayó de mis ojos, Él me mostró que debo arriesgarme, que debo lanzarme al ruedo y luchar por mis sueños, que debo permitirme ser yo misma y dejar de lado mis miedos. Pero como les contaba, esto no es fácil, por lo menos no para mí. Este fin de semana Papá me mostraba con una situación vivida lo que significa confiar en Él; estuve de viaje con mi mamá y algo que muchos (por no decir nadie) no sabe es que a pesar que amo estar en una playa le tengo muchísimo miedo al mar, soy de las que se mete sólo un poco por miedo a que las olas me puedan arrastrar, lo sé, suena tonto, pero ese es mi miedo. Ayer mi mamá me alentó a meterme al mar con ella y cada vez me llevaba un poco más hacia el fondo, llegó un momento en que las olas estaban un poco fuerte (Puedo estar exagerando pero para mí estaban muy fuertes) y ella me tomó de la mano, esto me dio tanta seguridad, tomada de su mano sentía que ninguna ola podría contra mí, me sentía súper fuerte. Justo eso quiere Dios, que al enfrentar nuestras olas (problemas) nos tomemos de su mano, busquemos su ayuda, esto hará todo fácil. Yo decidí tomar mi tabla y surfear mis olas de la mano de Dios ¿Y tú que estás haciendo con esas olas que atacan tu vida?
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